Día 540: Periodismo, el oficio maldito en el país libertario

Día 540: Periodismo, el oficio maldito en el país libertario

El periodismo independiente, un pilar amenazado en la democracia argentina

En un contexto político volátil, donde la verdad parece relativizarse y la libertad de prensa se ve comprometida, el periodismo independiente se erige como una bandera en defensa de la democracia. Los gobiernos que construyen relatos que culpan a terceros de los males del país necesitan un enemigo visible para su narrativa y, en esa diana, se posa el periodismo que investiga y denuncia.


Una mirada histórica

La historia argentina ha demostrado que el periodismo es un oficio maldito en tiempos de autoritarismo, ya sea este de signo peronista o de extrema derecha. Los periodistas han sido, y son, los encargados de dar a conocer las atrocidades cometidas por estos regímenes.

Durante las décadas de 1970 y 1980, fueron los periodistas los que denunciaron las acciones de la triple A y los inicios de la última dictadura militar. Muchos pagaron con su vida este compromiso con la verdad, mientras que otros pudieron contarlo una vez recuperada la democracia.


Denuncias valientes

En los años 1990, con el menemismo imperante, el periodismo expuso los casos de corrupción que asolaban al país. La mafia de la aduana y la inmigración, liderada por Yabrán, fue develada por valientes periodistas, entre ellos José Luis Cabezas, quien pagó con su vida este compromiso con la verdad.

Más tarde, durante el kirchnerismo, la Editorial Perfil fue pionera en denunciar los casos de corrupción en Santa Cruz, que luego se extendieron a todo el país. A esto se suma el reparto discrecional de la publicidad pública y la persecución a los medios críticos.


Ataques sistemáticos en la era Milei

En la actualidad, bajo el gobierno de Javier Milei, el periodismo independiente es blanco de ataques sistemáticos para destruir su reputación. Los periodistas son insultados por el propio Presidente, perseguidos por inteligencia y acosados por el ente recaudador. Además, se pretende desfinanciarlos con un manejo arbitrario de la publicidad estatal.

A esto se le suma la mala praxis de algunos colegas que, por conveniencia, se convierten en voceros del poder, ridiculizando a opositores, periodistas críticos y hasta artistas que manifiestan su disenso. Estos periodistas, junto a personajes como el Gordo Dan, se han convertido en la guardia pretoriana del Presidente.


La importancia de la independencia

En un contexto tan adverso, la independencia periodística se erige como una bandera. Los periodistas que mantienen su línea editorial crítica son los que están siendo atacados, tal como ocurrió en épocas kirchneristas. La independencia es, entonces, el precio a pagar por mantener la dignidad y el compromiso con la verdad.


Un proyecto de ley esperanzador

En este escenario, la presentación de un proyecto de ley que busca proteger la labor periodística es una luz de esperanza. La iniciativa, liderada por Miguel Ángel Pichetto junto a diputados de diversos bloques, apunta a garantizar la libertad, seguridad e integridad de los trabajadores de prensa.

El objetivo es claro: prevenir y salvaguardar el ejercicio libre y plural del periodismo, protegiéndolo de actos de violencia, intimidaciones y agresiones a su integridad o la de sus familiares. Además, busca asegurar la protección de las fuentes periodísticas, un aspecto clave para el trabajo investigativo.


Reflexiones de la profesión

En un día como hoy, en que se celebra el Día del Periodista, las palabras de colegas experimentados como Jorge Fernández Díaz resultan alentadoras. El periodismo debe mantener su compromiso con la verdad y el servicio a la sociedad, sin copiar los métodos agresivos y mentirosos del poder.

Como relatara Arturo Pérez-Reverte, “quien debe tener miedo es el alcalde a ti”. El periodismo debe seguir siendo ese poder que fiscaliza y cuestiona al poder político, sin miedo pero con responsabilidad.


Sobrevivir y mantener la dignidad

El desafío actual es sobrevivir a los constantes ataques y mantener la dignidad y la calidad periodística. La sociedad necesita del periodismo independiente para estar bien informada y formar su propia opinión. Sin un periodismo libre, la democracia se debilita y se aleja de su esencia.

El camino no es fácil, pero el compromiso con la verdad y con la sociedad debe ser el norte. Como dijo Hugo Alconada Mon, “nosotros estamos trabajando, no estamos en guerra”.