
La corrupción impensable: un análisis sobre la ceguera voluntaria de los votantes
El siguiente artículo invita a la reflexión sobre un fenómeno que parece increíble, pero a la vez, está a la vista de todos. La ceguera voluntaria de un sector de la sociedad argentina ante las pruebas evidentes de corrupción en el gobierno actual. ¿Cómo es posible que aún existan votantes convencidos de la honradez de un liderazgo político cuestionado?
La reducción del campo de lo pensable
El periodismo crítico es esencial en democracia, sin embargo, su ejercicio genuino parece molestar a aquellos que se erigen como dueños de la verdad absoluta. Hoy en día, parece imperar una lógica que reduce el espectro de lo pensable, sofocando las voces disidentes y encorsetando la verdad.
Un ejemplo claro es la reacción de los votantes más convencidos de
Sesgos cognitivos y blindaje mediático
La psicóloga social Ziva Kunda habló en los años 90 del "motivated reasoning", una especie de abogado defensor de nuestras creencias, que hace que nuestro pensamiento no busque la verdad, sino reafirmar lo que ya creemos. Esto activa sesgos como el de confirmación, pertenencia grupal y descuento motivado de la fuente.
Estos sesgos no operan en el vacío, necesitan un ecosistema que los alimente y se fortalecen con el blindaje mediático actual. Los medios de comunicación, con su dependencia publicitaria y su disciplina ideológica, filtran la información, determinando qué es aceptable y qué debe ser descartado. Así, las voces disidentes son silenciadas y la corrupción libertaria se convierte en un tema tabú, casi impensable.
La trampa de la dominación carismática
Javier Milei ha creado una división artificial en el país, estableciendo una dicotomía entre "argentinos de bien" y "el resto". Una clasificación que genera una presión social hacia la autoubicación en el campo moralmente positivo. Pero, ¿qué sucede cuando la corrupción salpica a los líderes que encarnaban la honestidad?
El votante se encuentra atrapado en una paradoja insoportable. Si reconoce la corrupción en el gobierno, debe aceptar ser parte de lo que siempre denunció, un acto que amenaza su identidad. En este doble vínculo, la negación se presenta como una respuesta defensiva, permitiendo mantener la coherencia interna y la pertenencia grupal.
La fe ciega en el líder, propia de la dominación carismática según Max Weber, hace que hablar de corrupción sea casi un oxímoron en el discurso mileísta. Cualquier crítica se traduce en una reafirmación de su excepcionalidad.
Conclusiones
En una sociedad donde parece primar la superstición y la fe ciega en líderes carismáticos, la razón parece haber quedado a un lado. La corrupción ya no es solo un acto ilegal, sino que se convierte en un tema impensable, casi imperceptible para un sector de la población. La pregunta que queda flotando es ¿cómo romper este círculo vicioso?
La reflexión y el cuestionamiento permanente deberían ser las herramientas para evitar caer en estas trampas identitarias. El periodismo crítico y una prensa libre e independiente son pilares fundamentales para nutrir un pensamiento crítico en la sociedad.