
Llueve sobre mojado
El domingo 06 de abril de 2025 no fue un día afortunado para el gobierno de Javier Milei. A la creciente desconfianza en su política económica y la demora en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, se le sumaron dos varapalos: los aranceles de EE.UU. a las importaciones argentinas y la cancelación del ascenso de sus candidatos a la Corte Suprema por parte del Senado.
Un viaje frustrado
El presidente Milei tenía previsto un encuentro en Mar-a-Lago, el centro vacacional del ex presidente norteamericano Donald Trump, con el objetivo de impulsar las negociaciones con EE.UU. sobre el levantamiento de aranceles a los productos argentinos y acercar posturas con el FMI. Pero el viaje no dio los frutos esperados, ya que Trump se demoró en un torneo de golf y su llegada fuera de horario al lugar hizo que la reunión no se concretara.
Derrota en el Senado
El golpe más contundente lo recibió el Poder Ejecutivo en el Senado, que decidió por mayoría rechazar los ascensos a la Corte Suprema de los candidatos Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, propuestos por decreto presidencial. La Cámara alta ejercitó así su facultad exclusiva de rechazo, consagrada en la Constitución.
La decisión del gobierno de impulsar los ascensos en una semana de receso parlamentario fue vista como una afrenta por los senadores, que se sintieron despojados de sus atribuciones. Además, García-Mansilla había afirmado en su exposición que no apoyaba su nombramiento por decreto, lo que generó aún más rechazo en algunos sectores.
El resultado fue un contundente voto negativo, que deja a ambos candidatos con los días contados en el máximo tribunal. La derrota política pone en una posición incómoda al asesor presidencial Santiago Caputo, ideólogo de la fallida estrategia.
Tensión creciente
Estos contratiempos se suman a un contexto ya de por sí complejo, con un aumento de la desconfianza hacia las políticas oficiales y una exagerada maquinaria de propaganda que parece jugar en contra. La frustración presidencial se ve reflejada en su reacción airada en redes sociales, donde culpó a la oposición de "voltear" a sus candidatos.
El creciente clima de tensión se ve reflejado en el plano interno del gobierno, con exponentes como la vicepresidenta Victoria Villarruel, que mantiene un conflicto latente con Caputo. La vicepresidenta fue señalada por este último como la responsable de los inconvenientes en la sesión del Senado, lo que fue replicado de inmediato por Villarruel.
Los ánimos caldeados y la proximidad de las elecciones porteñas exacerban los conflictos, en una situación que parece escapar del guión previsto por el oficialismo.
Un panorama poco alentador
El panorama que se presenta para el gobierno de Milei no es halagüeño. La obstinación y la falta de habilidad política parecen ser los rasgos distintivos de un equipo que acumula derrotas. La inserción de los expresidentes Macri y Fernández de Kirchner en este conflicto parece ser una señal más de la debilidad del Ejecutivo.
Mientras tanto, el asesoramiento de Caputo, cuestionado cada vez más dentro del gobierno, parece inclinar la balanza hacia el fracaso. La insistencia en mantener a toda costa los ascensos judiciales fallidos y la culpa endilgada a terceros son síntomas de una estrategia poco meditada que genera nuevas tensiones.