
Las políticas de salud en Argentina y EE.UU.
Un mundo al revés
En un contexto global peculiar, Argentina y Estados Unidos parecen implementar "políticas espejo". Si bien ambos países parten de realidades distintas en términos de desarrollo, salud, economía y tejido social, comparten una tendencia preocupante en sus políticas sanitarias.
Retirada del Estado
En diciembre de 2023, un nuevo gobierno asumió en Argentina con una agenda que incluye la progresiva retirada del Estado en materia de salud. El cierre de áreas clave y los despidos de funcionarios en el Ministerio de Salud comenzaron en los primeros meses de gestión y se han intensificado recientemente. Como consecuencia, las provincias se ven desbordadas al tener que asumir responsabilidades que antes eran delegadas en el Estado Nacional.
Este repliegue estatal afecta directamente a los sectores más vulnerables de la población, que dependen de la atención pública por la pérdida de trabajos formales y, por ende, de obras sociales. A esto se le suma la disminución en los servicios de vacunación, poniendo en riesgo la salud pública con el aumento de casos de sarampión.
Desmantelamiento institucional
La situación en Estados Unidos es similar. El gobierno de Trump avanza en el desmantelamiento de instituciones fundamentales no solo para su país, sino también para el resto del mundo, como la FDA, encargada de regular alimentos y medicamentos, y el Instituto Nacional de Salud.
Estas acciones alejan a ambos países del Objetivo de Desarrollo Sustentable 3, relacionado con la salud, y en particular, de la cobertura universal en este ámbito. Si bien en Argentina el 90% de la población cree que el Estado debe garantizar el derecho a la salud, el gobierno nacional parece ignorar esta opinión y continúa en su retirada.
Un llamado de atención
En el Día Mundial de la Salud, es necesario recordar y reclamar el papel fundamental que debe jugar el Estado en la garantía del acceso a la salud. Los objetivos internacionales en esta materia corren peligro y los retrocesos son cada vez más evidentes.
La pregunta que surge es si las provincias argentinas tendrán la capacidad de llenar el vacío dejado por el Estado Nacional. La respuesta parece obvia.