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La guerra por el poder libertario

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Guerra en el poder libertario

Guerra en el poder libertario

El artículo escrito por Javier Calvo describe una interna dentro del gobierno actual, que se da en la cúspide del poder entre dos sectores libertarios. Por un lado, está el "karinismo", representado por Karina Milei, y por el otro, el "caputismo", liderado por el asesor Santiago Caputo.

El contexto

En el contexto actual, el gobierno se ve presionado por una oposición unida que impulsa proyectos de ley que requieren un mayor gasto fiscal, al mismo tiempo que los gobernadores, en un hecho sin precedentes, reclaman en conjunto fondos que la Nación retiene. La oposición avanza en la aprobación de leyes como el aumento jubilatorio y la emergencia pediátrica, entre otras.

Ante esta situación, el ministro de Economía, siguiendo instrucciones presidenciales, se enfoca en mantener el superávit primario acordado con el Fondo Monetario Internacional, lo que implica limitar el gasto en otros rubros.

La grieta libertaria

La diferencia entre los dos sectores libertarios se basa en su estrategia política. Mientras que el karinismo apuesta por la pureza partidaria y rechaza las alianzas, el caputismo promueve pactos con otros espacios políticos en las provincias para asegurar la gobernabilidad y poder llevar adelante reformas estructurales.

Esta diferencia se ve reflejada en las próximas elecciones, donde ambas facciones competirán por separado en algunas provincias. Los caputistas sostienen que la estrategia de LLA debería ser más flexible y abrir espacios de diálogo con otros partidos, mientras que los karinistas se enorgullecen del triunfo independiente en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia.

Accusaciones veladas

La tensión va más allá de las diferencias políticas y se adereza con acusaciones mutuas de irregularidades. Desde designaciones anómalas en áreas sensibles hasta influencias en negocios privados con participación estatal. También hay ataques velados por las creencias religiosas de los involucrados y sus supuestas consecuencias en la gestión.

A pesar de los esfuerzos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por apaciguar los ánimos, parece que la guerra entre ambos sectores continuará, sobre todo en el contexto preelectoral, donde seguramente habrá nuevos capítulos en esta lucha de poder.

Un problema mayor

El problema trasciende la lucha interna y revela una situación donde el periodismo crítico, que debería ser un pilar democrático, es visto con desconfianza por el gobierno, que intenta controlar la información. La necesidad de fondos y el cambio en la actitud de los aliados del gobierno, que ya no se inmolan para defender los vetos presidenciales, complican el panorama.

Fuente: Perfil.com